El sultán de Kirguizistán Omal Abdeji Hareev fue apuñalado ayer a la noche por una de las viudas en el palacio Fatuh Ran-Sergei de Bishkek, la capital del país asiático. Hara Nogazi, la imputada, habría sido la cabecilla de un complot entre las ex esposas del difunto para vengarse del constante martirio al que eran sometidas por la ex máxima autoridad real.
“Es verdad que fui yo quien hundió el puñal en el cuerpo de su Alteza el sultán, pero el crimen fue pergeñado por todas”, aseguró Nogazi. En tanto, las otras tres viudas desmienten rotundamente haber tenido participación en el atentado, aunque admiten que eran objeto de recurrentes humillaciones sexuales y afrentas públicas por parte de Hareev.
“(El sultán) nos obligaba a tener relaciones entre nosotras delante de él y también a practicarle sexo oral en fiestas y actos públicos. Era indignante. Me alegra que esté muerto pero yo no tengo nada que ver con eso”, aseguró Meyna Remsaev, otra de las ex mujeres del príncipe.
Mientras que el caso está en manos de un tribunal real que tiene prerrogativas para ordenar la ejecución inmediata de juzgarlo necesario, sin previo proceso judicial ni derecho a defensa, Nogazi fue recluida en prisión, medida preventiva que responde a la manifiesta intención de la detenida de suicidarse. Cabe señalar que en esta “república” de Asia central, las mujeres no gozan de derechos básicos como el de recibir un juicio justo de acuerdo a su primitivo código penal,.aún regido por preceptos de la religión musulmana.
La pena de muerte sería efectuada en las próximas horas. Existe un antecedente cercano que indica la imprudente celeridad con que las autoridades proceden a impartir la orden de ejecución de las sentencias: uno de los jardineros del palacio intentó sobrepasarse con la sobrina del sultán y como castigo el tribunal resolvió la inmediata amputación de su mano derecha, sin reunir evidencia que corroborara el fallo.
“Yo ya soy mártir, no importa la condena porque antes de que se me aplique voy a acabar con mi vida”, sostuvo Nogazi, antes de ser trasladada al calabozo. Luego de admitir que aún no sabe cómo logrará consumar su cometido debido a la celosa vigilancia que le consagran los centinelas, calificó de “cobardes” a las otras viudas, quienes hasta el momento gozan de libertad por falta de pruebas contundentes en contra de ellas.
Así respondió Remsaev a las acusaciones de Nogazi: “No entiendo por qué nos acusa de semejante traición. Si es mártir como dice, no le importaría involucrarnos. Es evidente que ya siente la condena en su conciencia y quiere compartirla con gente inocente”. Luego agregó: “Yo jamás podría proclamarme mártir en vida, eso iría contra mis principios. Se nota que ella no entiende de esas cosas. Si hubiera querido, ya se habría suicidado. Yo, en su lugar, lo habría hecho. Ella es la cobarde”.
A raíz de lo sucedido, un grupo importante de manifestantes mujeres sin velo se congregó frente a la casa del Parlamento en Bishkek para reclamar por sus derechos postergados. Ellas creen que el homicidio de Hareev es un ejemplo de rebeldía contra el férreo poder patriarcal y que la sociedad de Kirguizistán debe aprovechar la oportunidad histórica para homologar su Ley a la de Occidente en lo que respecta a los derechos de la mujer y secularizar otros rubros en los que se encuentra sensiblemente atrasada.
No tenemos ningún tapujo en decir que esta nota es 100 % inventada. No hay trampas, se lo decimos abiertamente. Con sinceridad, nuestra marca registrada. Usted que nos lee desde hace tanto tiempo, lo sabe, y es por ello que marcamos la diferencia. Porque somos un medio que desde el primer momento apuesta a seguir consolidando el contrato de confianza con el lector. Ese es nuestro objetivo primario. Hacia allí vamos. Así lo sentimos nosotros y entendemos que juntos, por este camino, podemos seguir creciendo. Esa es nuestra satisfacción.
SIH
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