Memorias de un genocidio


Walter Delrío es historiador, antropólogo e investigador del Conicet. Escribió el libro Memorias de expropiación, en el cual relata el sometimiento de los índigenas patagónicos en manos de los grandes terratenientes.


¿Desde qué aspectos aborda su libro Memorias de expropiación, Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia. 1872-1943?

El libro va desde los momentos previos a las conquistas militares en 1872, hasta las modificaciones impuestas por el Estatuto del peón rural, en 1943.
Tomo este periodo desde el recorte que hacen las contadas mapuches y tehuelches sobre los momentos significativos de la historia propia y que coinciden o no, con los que se hicieron por parte de la historiografía tradicional.
Es un libro de historia que trata de contemplar la percepción de un proceso desde la mirada de los subalternos.
Las fuentes que utilicé fueron documentación de archivo, publicaciones y crónica literaria de época y la memoria oral, es decir las historias que fueron contadas de generación en generación.

En un estudio realizado con la antropóloga Diana Lenton, utilizaron el concepto de genocidio para determinar los hechos que prosiguieron a la Campaña del Desierto ¿En qué se basaron para la utilización de este término?

Partimos con el concepto de genocidio desde la carta de las Naciones Unidas de 1948. Hay quienes discuten su aplicación, pero nosotros nos posesionamos sobre éste con la intención de dar cuenta sobre este proceso pero con todas las dimensiones que no fueron tenidas en cuenta hasta ahora. Lo que nos interesa más que procurar una definición teórica precisa, es ver y desenvolver procesos históricos olvidados y silenciados.
Hay mucha documentación que no llegó al archivo, por ejemplo lo que es el traslado de prisioneros, o los campos de concentración en los que la gente permanecía hacinada bajo el sol, pero sí hay elementos en las crónicas de época y en el mismo diario La Nación que llama crimen de lesa humanidad a una matanza de 60 indígenas desarmados.

¿Cuál fue el grado de consenso social con el que contó Julio Roca para llevar a cabo la Conquista del Desierto y su posterior repartición de tierras?

No se puede hablar de consenso cuando se está bajo un contexto de medidas coercitivas o de beneficios a determinados sectores sociales.
Hubo gente que cuestionaba el método pero no la expropiación. Las elites se vieron beneficiadas por la mano de obra, algunas familias recibían criados o mujeres para el servicio doméstico.
El tratamiento de los indígenas le sirvió al Estado para disciplinar a las clases bajas. Era una muestra del poder que tenían para subordinar y sujetar a las personas, de hecho el reparto de población indígena se hacia desde el puerto de La Boca, donde estaba el grueso de la población inmigrante, que era visto con resquemores por los peligros de revuelta social que se les sospechaba.

¿Cual es la posición de los gobiernos provinciales frente al actual reclamo mapuche para que se les devuelvan las tierras que están bajo dominio de capitales extranjeros?

Los contextos políticos son distintos en cada provincia, utilizan las demandas indígenas como capital que pueden ser aprovechado o no.
Tanto la posición del gobierno nacional como provincial, siempre tiende a defender la propiedad privada, aunque se sepa la fuerza que tiene un reclamo indígena hoy en día, más que nada a nivel nacional. Pero en el aspecto provincial funciona una discriminación racial muy fuerte, y de no ser por el peso que pueden tener las demandas en un espectro internacional, no prosperarían.
Políticamente les conviene apoyar los reclamos indígenas por cómo son vistos, pero en el ámbito provincial es distinto.

¿Por qué opina que el proyecto del escritor Osvaldo Bayer presentado a la Legislatura que contempla la quita del monumento de Roca de la Diagonal Sur, todavía no recibió aprobación?

A nivel político es muy fuerte asumir que se puede discutir la historia, los monumentos fueron construidos para solidificarla y ponerla como inmutable, por lo tanto cambiarla siempre es cuestionado. Muchos todavía no comprenden que la sociedad está preparada para elegir que monumentos quiere tener y a quienes quiere recordar.



gn.

No hay comentarios: